Las velas simbolizan la luz del alma. Son usadas para iluminar el camino de los espíritus de los muertos que esa noche vuelven para visitar a sus familiares.
La costumbre de ahuecar y tallar una calabaza, colocando una vela en su interior para convertirla en un farol llamado Jack-o-lantern tiene su origen en el folklore irlandés del siglo XVIII.
Según se cuenta, Jack era un notorio bebedor, jugador y holgazán que pasaba sus días tirado bajo un roble. La leyenda cuenta que en una ocasión, se le apareció Satanás con intenciones de llevarlo al infierno. Jack lo desafió a trepar al roble y, cuando el diablo estuvo en la copa del árbol, talló una cruz en el tronco para impedirle descender. Entonces Jack hizo un trato con el diablo: le permitiría bajar si nunca más volvía a tentarlo con el juego o la bebida.





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